Evidencia Externa
En nuestro estudio acerca de la autoridad de la Biblia, hemos estudiado las evidencias internas, que se encuentran en la Biblia misma. Aparte de la unidad de la Biblia, la mayoría de estos argumentos son subjetivos en su naturaleza. Ahora estudiaremos las evidencias externas de la Biblia, es decir, la evidencias que se encuentran fuera de la Biblia.
Indestructibilidad
La primera evidencia externa es la indestructibilidad de la Biblia. La Biblia es el libro más conocido en la historia del mundo, y ningún libro ha sido más atacado que ella. Los escépticos han traído de destruir la autoridad de la Biblia durante mil ochocientos años. Ha pasado por todo tipo de escrutinio posible de la arqueología, la ciencia, la filosofía y las computadoras. Y, sin embargo, a pesar de todos estos ataques, la Biblia demuestra ser verdadera vez tras vez. Cada vez, los escépticos se han equivocado, y la Biblia ha demostrado estar en la verdad. El solo hecho que la Biblia ha permanecido firme en su autoridad después de dos mil años es otra evidencia que apoya su origen divino.
La Arqueología
La segunda fuente de evidencia externa proviene de la arqueología. Las investigaciones arqueológicas del Medio Oriente han demostrado que la Biblia es verdadera y precisa indefectiblemente en sus descripciones históricas. Nelson Glueck, un afamado arqueólogo judío, dice, "Ningún descubrimiento arqueológico ha negado alguna vez una referencia bíblica."
El Dr. William Albright, quien no era amigo del cristianismo y que fuera probablemente la máxima autoridad en la arqueología del Medio Oriente de su tiempo, dijo esto acerca de la Biblia: "No puede haber ninguna duda que la arqueología ha confirmado la historidad sustancial del Antiguo Testamento."
Aquí hay un par de ejemplos de la precisión histórica de la Biblia. Un buen ejemplo puede encontrarse en Génesis 14. La Biblia habla de la victoria de Abraham sobre Quedorlaomer y cinco reyes mesopotámicos. Durante años, los críticos dijeron que estos relatos eran ficticios y muchas personas desacreditaron a la Biblia. En la década de 1960, sin embargo, se descubrieron las tablas de Ebla, en el norte de Siria. El reino de Ebla fue un reino poderoso en el siglo veinte a.C. Las tablas de Ebla son registros de su historia. Se han descubierto miles de tablas. Lo que es importante es que muchas de estas tablas hacen referencia a cada una de las cinco ciudades de la llanura, lo cual demuestra la exactitud del relato de Génesis 14.
Otro ejemplo es la historia de Jericó, registrada en el libro de Josué. Durante años los escépticos pensaron que la historia de los muros de Jericó que habían caído era un mito. Sin embargo, en la década de 1930 el Dr. John Garstang hizo un descubrimiento asombroso. Dice, "En cuanto al hecho principal, entonces, no queda ninguna duda: los muros cayeron hacia afuera de forma tal que los atacantes pudieron treparse por sobre las ruinas de la ciudad." Esto es asombroso porque los muros de las ciudades caen hacia adentro, no hacia afuera.
La edición del 5 de marzo de 1990 de la revista Time llevaba un artículo llamado "Score
One For the Bible – Punto Uno Para la Biblia." En este artículo la arqueóloga Kathleen Kenyon decía que los muros de Jericó habían caído en forma súbita. Muchos eruditos consideran que esto fue provocado por un terremoto que podría explicar también el endicamiento del Jordán. Además, se descubrieron granos, lo cual muestra que la ciudad fue conquistada rápidamente. Este hallazgo agrega credibilidad al relato bíblico. Un estudio posterior hecho por Brian Wood encontró que la fecha de la caída de Jericó coincidía con la fecha de la Biblia.
Estos son sólo dos ejemplos de la autenticación por parte de la arqueología de la confiabilidad de la Biblia. No hay ningún libro que sea tan antiguo y, a la vez, preciso en una forma tan convincente como la Biblia.
La indestructibilidad y la arqueología son dos evidencia externas a favor de la Biblia.
La Profecía
Hay muchas más evidencias externas a favor de la Biblia, pero voy a cubrir una sola más: la evidencia de la profecía. La Biblia contiene cientos de profecías que se han cumplido. Ningún libro en la historia se ha acercado siquiera a la Biblia cuando se trata de profecía cumplida.
Las profecías en la Biblia son muy específicas y precisas. Nostradamus dice haber hecho cientos de profecías que se han cumplido, pero si lees sus profecías verás que son vagas y poco claras. Sus símbolos y su lenguaje pueden ser usados para indicar una gran cantidad de eventos históricos. A diferencia de muchas profecías de ese tipo, la profecía bíblica es muy específica.
Aquí hay algunos ejemplos. En Ezequiel 26, que fue escrito en 587 a.C., Ezequiel profetiza que la poderosa ciudad de Tiro sería destruida. Tiro estaba formada por dos partes, una ciudad-puerto en tierra y una ciudad-isla a unos ochocientos metros de la costa. Ezequiel predijo que la ciudad terrestre de Tiro sería destruida por Nabucodonosor, que muchas naciones lucharían contra ella, que los escombros de la ciudad serían arrojados al mar, que nunca más se podría encontrar la ciudad y que los pescadores vendrían a ella a colgar sus redes.
En 573 a.C., Nabucodonosor destruyó la ciudad terrestre de Tiro. Muchos de los refugiados de la ciudad navegaron hacia la isla, y la ciudad-isla de Tiro siguió siendo una ciudad poderosa. En 333 a.C., sin embargo, Alejandro Magno sitió a Tiro. Usando los escombros de la Tiro terrestre, construyó un camino hacia la ciudad-isla de Tiro. Luego capturó y destruyó por completo la ciudad.
Hoy, Tiro es un pequeño pueblo de pescadores donde vienen a descansar los botes de pesca y donde los pescadores extienden sus redes. La gran ciudad antigua de Tiro permanece, al día de hoy, enterrada en ruinas, exactamente como fue profetizado. Si fuéramos a calcular las probabilidades de que este evento pudiera ocurrir por azar, las figuras serían astronómicas. No, no fue por casualidad.
Aquí hay otro ejemplo. Hay más de trescientas profecías hechas de Jesús en el Antiguo Testamento. Profecías como de Su lugar de nacimiento, sobre cómo iba a morir, sobre Su rechazo por la nación de Israel, etc. Todas estas profecías fueron hechas muchos cientos de años antes que Jesús hubiera venido a la tierra. Debido a la precisión de las profecías, muchos escépticos creyeron que debían haber sido escritas después del año 70 d.C.—después del nacimiento y la muerte de Jesús, y la destrucción de Jerusalén. Por lo tanto, han tratado de negar que hayan sido profecías siquiera.
Sin embargo, en 1947, los Rollos del Mar Muerto fueron descubiertos. Estos rollos contenían el libro de Isaías y otros libros proféticos. Cuando fueron fechados, se encontró que habían sido escritos entre 120 y 100 a.C., mucho antes que hubiera nacido Jesús. Hubiera sido un logro imposible que Jesús hubiera cumplido trescientas profecías. Algunos dicen que las profecías se cumplieron por casualidad, pero las probabilidades en contra serían tremendamente grandes. Requeriría más fe creer en su ocurrencia fortuita que en el hecho que Jesús fuera Dios y que estas profecías fueron inspiradas divinamente.
Ningún libro puede igualar a la Biblia cuando se trata de profecía. Entiende que sólo he tocado la punta del témpano. Hay cientos de pruebas adicionales a favor de la Biblia, pero sólo he mencionado unas pocas. Espero que este estudio haya despertado tu interés en estudiar más acerca de la Palabra de Dios.